Mujeres en la Guerra
Shibtu (Reinado c. 1775 - c. 1761 a. C.) Fue la esposa de Zimri-Lim y reina consorte de la antigua ciudad estado de Mari, en la actual Siria. Participó en estrategias militares junto a Zimri-Lim. El historiador Abraham Malamat la describió como "la más prominente de las damas de Mari". Shibtu disfrutó de amplios poderes administrativos como reina. Durante las ausencias de Zimri-Lim, Shibtu manejaba la administración de la ciudad, el palacio real y el templo.
Ahotep I (aprox. 1560 a. C., Egipto) – Madre de Ahmose I. Esta prodigiosa e incansable mujer dirigió desde Tebas el asedio a Avaris, y gobernó con sabiduría y equidad un difícil Egipto que tenía que reconstruir por completo. Como una buena y fiel madre, guardó el trono a su hijo, y cuando estuvo listo, pudo desembarazarse sin grandes problemas del último reducto hicso. Con Ahmose se inaugura el Imperio Nuevo egipcio, la etapa más brillante y en la que el país alcanzó el mayor esplendor internacional de toda su historia.
Ahhotep fue la última faraona egipcia de la Dinastía XVII; pero su identidad aún es objeto de debate. Hermana y Gran Esposa Real de Amenofis I, uno de los faraones de la XVIII dinastía egipcia, y vivió entre c. 1525 y 1504 a. C. Fue la madre de Ahmose, primer rey de la XVIII Dinastía, Ahhotep II se encargó de los aspectos económico-políticos y religiosos mientras Ahmose luchaba por reconquistar de nuevo los territorios egipcios en manos de Nubios y Hyksos. El papel relevante de Ahhotep II se debió a que Ahmose era demasiado joven para reinar.
Quinta gobernante de dicha dinastía, reinó de 1513-1490 a. C. ha pasado a la historia como una gobernante pacífica y que prefirió gastar parte de su tesoro en construir templos en vez de conquistar territorios, pero lo cierto es que hubo al menos seis campañas durante sus 22 años de reinado.
Fu Hao (ca. 1200 a. C., China, dinastía Shang) – Esposa del rey Wu Ding, general con ejército propio. Su tumba contenía armas de guerra. Según las inscripciones oraculares. La dama Hǎo dirigió campañas militares de gran envergadura, antes de una conquista se reclutaron 3.000 soldados bajo su mando directo y otros 10.000 para el ejército general, formando así un contingente de 13.000 efectivos, la mayor fuerza documentada en toda la dinastía Shang. Entre las batallas más destacadas se encuentra la que se libró contra el estado de Jié
Telesila (en griego, Τελέσιλλα) fue una poetisa griega natural de Argos que vivió en torno al año 510 a. C. Fue considerada una de las «nueve musas líricas». En la guerra entre Argos y Esparta del 510 a. C., Telesila destacó por su valor. Como los hombres de Argos habían sido masacrados por las tropas espartanas de Cleómenes I, Telesila se vistió de hombre, se armó y encabezó la defensa de la ciudad. En reconocimiento a este hecho, se le erigió una estatua en el templo de Afrodita de su ciudad.
Artemisia I de Caria (480 a. C.) fue reina de Halicarnaso, ciudad de griegos dorios situada en Caria, entonces una satrapía del imperio Aqueménida. Luchó a favor de la causa de su señor Jerjes I, rey de Persia, contra las polis griegas en la segunda guerra médica. Artemisia dirigió en persona a sus cinco barcos en las batallas navales de Artemisio y Salamina, libradas en el año 480 a. C., Se conoce su existencia por los escritos del historiador griego Heródoto, que afirma que ella era la única líder militar del bando persa y elogia su iniciativa y valentía, así como el respeto que Jerjes le tenía.
Tomyris (siglo VI a. C.). Fue reina de los maságetas, pueblo iraní de la confederación de pastores nómadas escitas de Asia Central, al este del Mar Caspio, y que vivió en territorios de lo que hoy forman los estados de Turkmenistán, Afganistán, oeste de Uzbekistán, y sur de Kazajistán. Es conocida por haber vencido y dado muerte a Ciro el Grande, fundador del Imperio aqueménida, en el verano del 530 a. C., según el relato de Heródoto.
Pantea Arteshbod (559-529, fue una comandante militar persa durante el reinado de Ciro el Grande. En el 547 a. C., fue una de las comandantes que condujeron a Persia a la victoria en la conquista de Babilonia; incluso después de esta conquista, fue reconocida por su competente administración de Babilonia. No fue la única mujer en ocupar altos cargos en el ejército persa. La teniente comandante Artunis (c. 500-540 a. C.), quien también sirvió en el ejército de Ciro, y la gran almirante Artemisia I de El Cairo suelen ser citadas como representantes de las antiguas líderes militares femeninas en los debates sobre las contribuciones de las mujeres a los campos de batalla históricos.
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