Empieza la historia

La Historia empieza en Sumer

El papel de la mujer en Sumer.

El papel de la mujer en Sumer (parte de la antigua Mesopotamia) fue complejo y evolucionó a lo largo del tiempo, con diferencias significativas según la clase social, el período histórico y el ámbito (familiar, económico, o religioso).

Aunque la sociedad sumeria era generalmente patriarcal, las mujeres tenían más derechos y autonomía en los primeros tiempos de desarrollo cultural en comparación con períodos posteriores.

Ámbito Religioso y Político: Sacerdotisas y Reinas

El ámbito religioso y de la nobleza fue donde algunas mujeres alcanzaron mayor poder e influencia:

Sacerdotisas: Desempeñaron un papel crucial, a menudo ejerciendo gran autoridad y administrando extensas propiedades vinculadas a los templos.

La figura más notable es Enheduanna (hija de Sargón de Acad), quien fue la Suma Sacerdotisa del dios lunar Nannar en Ur. Es considerada la primera escritora y poeta conocida por su nombre en la historia.

Existían diferentes rangos, como las naditu (sacerdotisas de alto rango, a menudo de clase alta, con capacidad económica).

Diosas: El panteón sumerio contaba con poderosas deidades femeninas como Inanna (diosa del amor, la fertilidad y la guerra), lo que reflejaba la importancia cultural de lo femenino.

Reinas: Algunas mujeres de la nobleza o esposas de reyes llegaron a gobernar solas, como la reina Kubaba de Kish.

Ámbito Económico y Jurídico

Las mujeres sumerias (especialmente las de clase alta y las sacerdotisas) poseían una capacidad jurídica y económica notable:

Propiedad y Contratos: Podían poseer propiedades, comprar, vender y heredar bienes, y firmar contratos legales por sí mismas.

Comercio: Participaban activamente en la economía como comerciantes, administrando talleres y negociando bienes como tejidos, cereales y metales.

Divorcio: Existía el divorcio, y en ciertas leyes sumerias, la mujer podía solicitarlo y el hombre estaba obligado a pagar una compensación.

Educación: Las mujeres de clase alta podían acceder a la educación, permitiéndoles ser escribas y desempeñar roles administrativos.

Ámbito Familiar y Social

En general, la mayoría de las mujeres estaban subordinadas al varón (padre o marido), y su rol principal era el de esposa y madre:

Matrimonio: Los matrimonios eran generalmente acuerdos entre familias (no por amor) y el principal deber de la esposa era tener descendencia.

Dependencia: Una vez casadas, la mujer pasaba a estar bajo la tutela del marido.

Trabajo: Fuera del hogar, muchas mujeres trabajaban como tejedoras, panaderas, cerveceras y en otros oficios, aunque solían cobrar menos que los hombres por el mismo trabajo.

Clases Sociales: La sociedad las clasificaba en mujeres libres de clase alta/nobleza, mujeres libres de clase baja, mujeres semilibres (a menudo ligadas a templos) y esclavas. La independencia y los derechos variaban enormemente entre estas categorías.

En resumen, mientras que la estructura social era patriarcal y limitaba a la mayoría de las mujeres al papel doméstico, la civilización sumeria también permitió a algunas mujeres, especialmente a través del sacerdocio y la nobleza, ejercer una autoridad considerable en la religión, la política y el comercio, algo destacable para la Antigüedad.

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