Isabel Barreto

Esta página está dedicada a Isabel Barreto, una figura histórica fascinante. Aquí exploraremos su vida y legado. Te invitamos a descubrir la historia de esta mujer extraordinaria y a reflexionar sobre su impacto.

Isabel Barreto no solo es una figura fascinante, sino que ostenta un título que rompe todos los moldes de su época: fue la primera mujer en la historia en ostentar el cargo de Almirante.
​En un mundo de hombres, el siglo XVI, Isabel lideró una de las expediciones más dramáticas y peligrosas a través del Océano Pacífico.
​1. ¿Quién fue Isabel Barreto?
​Nacida en Pontevedra (Galicia) hacia 1567, se trasladó muy joven al Virreinato del Perú. Allí se casó con Álvaro de Mendaña, un experimentado navegante que ya había descubierto las Islas Salomón años atrás.
​En 1595, Felipe II autorizó una nueva expedición para colonizar esas islas. Isabel no fue como una simple acompañante, sino como parte activa de la empresa, invirtiendo su propio patrimonio.
​2. El Caos en alta mar
​La expedición partió de Paita (Perú) con cuatro barcos y unas 378 personas. Fue un desastre desde el principio:
​Falta de suministros: El agua y la comida escaseaban.
​Motines: Los soldados y marineros estaban al borde de la rebelión.
​Enfermedades: El escorbuto y las fiebres empezaron a diezmar a la tripulación.
​Cuando llegaron a las islas de Santa Cruz (en las actuales Islas Salomón), el marido de Isabel, Mendaña, murió debido a las fiebres. En su testamento, dejó a Isabel como su heredera universal y Gobernadora de las islas, y a su cuñado, Lorenzo Barreto, como Almirante. Sin embargo, Lorenzo murió pocos días después.
​3. La "Almiranta" de Hierro
​Ante el vacío de poder, Isabel Barreto tomó el mando total. Se convirtió en la Gobernadora y Almirante de la flota.
​Su liderazgo fue polémico y durísimo, pero probablemente fue lo único que salvó a los supervivientes:
​Mano de hierro: Se dice que ordenó ejecutar a los cabecillas de los motines para mantener el orden.
​Determinación: Decidió abandonar el asentamiento fallido en Santa Cruz y navegar hacia Filipinas, un viaje suicida de miles de kilómetros por aguas desconocidas.
​Leyendas de su rigor: Se cuenta que, mientras la tripulación moría de sed, ella utilizaba parte del agua de reserva para lavar sus propias ropas, una imagen que los cronistas de la época (como el piloto Pedro Fernández de Quirós) usaron para retratarla como una mujer despótica y autoritaria.
​4. La llegada a Manila
​Contra todo pronóstico, Isabel logró que el navío principal, el San Gerónimo, llegara a Manila en 1596. Entró en el puerto con los supervivientes en un estado lamentable, pero ella se mantuvo en pie, manteniendo su autoridad hasta el último momento.
​En Filipinas volvió a casarse y, años más tarde, regresó a América (y posiblemente a España), reclamando siempre sus derechos sobre las islas descubiertas.
​¿Por qué es una figura "olvidada"?
​Crónicas sesgadas: Su principal cronista, el piloto Quirós, la detestaba (posiblemente por no aceptar que una mujer le diera órdenes). Sus escritos la pintan como cruel y vanidosa.
​Invisibilidad de género: La historiografía naval tradicional prefería centrarse en figuras masculinas, relegando a Isabel a una "anécdota" o una curiosidad histórica.
​Fracaso de la misión: Al no lograrse una colonia permanente en las Salomón, la expedición no recibió la misma gloria que la de Magallanes o Elcano.
​Dato curioso: Isabel Barreto desafió tanto las leyes de la época que, técnicamente, una mujer no podía ejercer mandos militares según las Leyes de Indias. Sin embargo, su estatus de noble y su fuerte carácter hicieron que nadie en alta mar se atreviera a arrebatarle el bastón de mando.